Para responder a estas preguntas, comenzaremos citando a Martínez (2018), quien nos habla de la danza latinoamericana como una fusión de diversas y enriquecedoras expresiones culturales:
La danza latina es popular en todo el mundo por su estilo, drama y sensualidad. La música latina es brillante, apasionada y conmovedora, y tiene un ritmo contagioso que invita a todo el mundo a la pista de baile, sin importar la habilidad. Los grandes bailadores latinoamericanos transmiten alegría al mirar; y la danza latina se ha vuelto una categoría popular de baile de salón competitivo. Danzas como la salsa, el merengue y el tango son una fusión de coloridas expresiones culturales y cuentan una historia de esclavitud, pobreza y conquista en una América Latina evolucionada (p.1).
Esto nos relata, que toda danza latinoamericana representa diversas historias que se cuentan a través del baile y la expresión corporal; donde no se necesita habilidad alguna para poder disfrutar de los diversos ritmos latinos que puedan existir. A su vez, el evidente sincretismo cultural resultado de España, Europa, y el “Nuevo Mundo” nos dan como resultado los variados tipos de artes en Latinoamérica.
- ¿En qué época o año aparece la danza como actividad social y/o artística?
Si bien la danza y la expresión corporal han estado presente en las etnias, pueblos originarios y culturas latinoamericanas desde hace años remotos, ya sea de manera religiosa, tradicional o costumbrista, sirviendo para agradecer las buenas cosechas, para invocar la lluvia, para reunirse o para pedir por los enfermos... son manifiestos que hoy en día se consideran y forman parte del recuerdo de lo que es la danza como actividad social, cultural, popular y folclórica. Sin embargo, no podemos olvidar y dejar de lado que a pesar del cambio de paradigma y enfoque que tenemos hoy, estos tipos de danza y expresión también son parte de la danza como actividad social y artísticas.
Vale decir, que la práctica que conocemos actualmente, no era la misma que se desarrollaba comúnmente en Latinoamérica en las épocas pasadas, puesto que factores como el entrenamiento, el cuidado del bailarín, la formación técnica-académica, entre otras cosas; se mantenían ausentes en las tradiciones dancísticas de la Latinoamérica antigua. Por ende, con el transcurso de los años la danza fue variando y cambiando notoriamente los patrones ya antes mencionados, de una danza popular y tradicional se pasó a la danza detallada y marcada por patrones técnicos que requerían de estudio y dedicación profunda; se comenzó con el proceso llamado “las décadas de colonización coreográfica”, donde solo algunos podían acceder, practicarla y desarrollarse en este ámbito.
Respondiendo brevemente a la pregunta, podemos decir que la danza como actividad social y artística ha estado presente en Latinoamérica desde años muy remotos, ya que desde el siglo XVI las personas disfrutaban de la danza libremente en sus costumbres y celebraciones sociales/religiosas. Al igual que desde el siglo XX, donde se alcanzó la inserción y colonización profunda del proceso metamórfico de la danza dentro de América Latina con los nuevos patrones y estándares, se comenzó a enfocar más en el interés estético dentro de las coreografías, considerando formas ilustradas del “Viejo Mundo”, la sensibilidad y las personas; dejando de lado las costumbres religiosas o la tradición de la danza pasada. Por último, decir que la colonización arrasó con una buena parte de los hábitos danzantes nativos, los enfoques de “la danza como actividad social y artística” cambiaron notoriamente, pero como plantea Cesio, (2017): “el folclore es el patrimonio coreográfico de un pueblo, y los pueblos cambian” (p.4).
2. ¿Qué tipos de danza aparecen?
A lo largo de la historia de la danza en Latinoamérica, se fueron desarrollando y apareciendo diversos y variados tipos de danza, donde cada estilo dependía del ritmo, el lugar y el sentir que se le brindara. Por ejemplo:
En Uruguay encontramos el Candombe, un tipo de celebración y danza afro uruguaya que se acompaña del ritmo de tambores, cuerpos de baile y emblemas; se realizaba en celebraciones religiosas como la “Coronación de los reyes Congos”, “el día de la virgen del Rosario”, entre otras. Por otro lado encontramos el Pericón, la danza que se considera nacional en este país; la que combina balanceos, giros y persecuciones dentro de la puesta en escena.
En Argentina tenemos la Zamba, el Chamamé, la Chacarera y el Tango. Esta última corresponde a un baile de pareja que se enlaza estrechamente a través de ritmos afro rioplatenses, gauchos y europeos.
Por otro lado, en Paraguay encontramos danzas como la Golondriana, la Polka, la Galopera, el Cielito, la Mazurca, entre otras.
En Brasil danzas como la Capoeira, la Samba o Batuque, Forró y Lambada.
Mientras que el Huayno, el Landó, la Cumbia y la Cueca, corresponden a Ecuador, Perú, Colombia y Chile respectivamente.
3. ¿Se crea en el territorio latinoamericano, o son traídos por los extranjeros?
La danza es el reflejo y resultado de los complejos procesos históricos de la historia y la mezcla de costumbres y aportes culturales indígenas, europeos y africanos con elementos de identidad propios de cada país. Vale decir y es importante destacar, que esta mezcla o sincretismo que nos brinda todo lo que conocemos hoy, es la consecuencia de varias problemáticas pasadas; ya que las condiciones en que se dieron estos cambios no fueron de simples “encuentros culturales” voluntarios o netamente pacíficos. A partir de la colonización, la cultura europea se instaló en nuestro continente como forma cultural dominante, sometiendo a grupos de indígenas a perder sus tradiciones y costumbres.
Antes que llegaran todas las culturas y los colonizadores, en Latinoamérica ya existían danzas; las que en ese tiempo no se conocían como tal, pero las personas que habitaban en el continente solían practicarlas en ciertos ritos indígenas que involucraban formas melódicas y pasos tradicionales. Además, para los aborígenes, la danza y la música era la máxima expresión religiosa, por lo que rendían honores a gran parte de la naturaleza, como la luna, el sol, el viento, entre otros. Sin embargo, cabe destacar que tras la llegada de los españoles estas importantes costumbres se fueron perdiendo, debido a que los conquistadores lo veían como algo salvaje, anticristiano y no les dieron importancia; puesto que además no las entendían.
La danza Latinoamericana se remonta y origina en diversos lugares del continente, como Mato Grosso (Estado brasileño) y el Mar Antillano de los Aymaras, por el lago Titicaca de los Mayas, Incas y Aztecas. A su vez, de las carabelas y barcos españoles y portugueses que llegaban a Latinoamérica por oro. Esto se debe, a que además de las batallas que se creaban en estas épocas, los extranjeros iban dejando huellas como sus danzas y costumbres de la Europa medieval o Asia; así como también sucedía con la cultura que llegaba desde África con los esclavos en barcazas.
Con la invasión de españoles y la llegada de esclavos, algunas costumbres se perdieron, otras se transformaron y enriquecieron extendiéndose por todo el continente. Como ya mencionamos, uno de los grandes orígenes de la danza Latinoamericana está en la danza africana (más conocido como el fandango afroamericano), traída por los esclavos negros y que fue acogida en la América colonial, llegando a puertos españoles donde allí se mezclaron con ritmos árabes para nuevamente llegar a América y evolucionar otra vez.
El Fandango luego de haber llegado a España dejó una gran huella en diversos países, la cual cada cultura que la recibió la absorbió y la hizo suya, es por ello que todas tienen un eje común. Del mismo modo, en Venezuela, por ejemplo: fue el Joropo. Otra danza traída por negros africanos fue el Cumbe, que durante el régimen colonial esclavista a partir del contacto con los pueblos originarios y los ibéricos dió origen a múltiples danzas mestizas, dando paso a lo que es la cumbia, también nace la cumbia afro indígena del atlanto-colombiano.
Por último, es importante mencionar que en tiempos de la inquisición estas danzas fueron prohibidas por la iglesia católica ya que según ellos las gestualidades ''raras'' que realizaban eran insultos ofensivos y no lo podían permitir.
4. ¿Hay danza contemporánea Latinoamericana?, ¿Chilena?, ¿quiénes son sus exponentes en la actualidad?
Si, hay danza contemporánea en Latinoamérica, pero es importante mencionar que esta no se vive de la misma forma en todos los países del continente, puesto que cada uno tiene una historia y contexto diferente.
La danza contemporánea en los países latinoamericanos nace en diferentes épocas, por ejemplo: en Perú lleva muy pocos años vigente, y han repetido el patrón que ha ocurrido en Europa, donde los mismos bailarines dicen que la danza contemporánea aún no se desarrolla, y de la misma manera no han encontrado su propia identidad dentro de ella. Además, los contextos de todos los países son muy distintos, cosa que afecta directamente en la danza y su entendimiento.
En Latinoamérica hay que admitir que somos muy dependientes de los países de afuera, por ejemplo: (dentro del tema de la danza) en temas escénicos y coreográficos; ya que los coreógrafos llegan a montar tajantemente sus ideales europeos a nuestros territorios y escenarios, produciendo la pérdida de identidad cultural en esta zona y vendiéndonos un sinfín de formas de ver el mundo y la sociedad con otros ojos. Es importante mencionar que como países latinoamericanos estamos condenados al colonialismo, ya que se abre un mercado de trabajo para artistas extranjeros, quienes determinan ciertas estéticas y patrones de aprobación, es decir lo contemporáneo es lo que se ve en Europa y por tanto es lo “correcto” o lo que va a tono con el nuevo siglo.
En el gobierno de Salvador Allende, se trajeron nuevos aires y comienzos para la cultura chilena, donde surgieron iniciativas e intenciones de masificar las manifestaciones culturales nacionales; abriendo paso a diversas escuelas y compañías artísticas. De esta manera, la danza contemporánea en Chile nace gracias a Octavio Cintolessi, Malucha Solari y Patricio Bunster; bailarín y primer exponente chileno que trae al país el contemporáneo ligado a la danza, donde en conjunto con otros bailarines alemanes lo insertan durante la segunda mitad del siglo XX, dando paso a que la danza salga de los salones hacia las calles.
Bunster y su desempeño en lugares como Europa produjeron que traiga a Chile lo aprendido en esos viajes, como la danza expresionista... la cual significó mucho para él, ya que siempre estuvo ligado a los movimientos sociales, motivos que lo incentivaron a ser el precursor de la danza social y contemporánea. Vale agregar, que como plantea Viciana y Arteaga (1997):
El baile está lleno de posibilidades expresivas, físicas, emocionales y de movimiento, y tiene asociado un carácter distensionador, agradable y sociabilizante. El grado de motivación que despiertan las actividades con este carácter debe ser aprovechado y explotado como medio óptimo para la consecución de cualquier objetivo que nos propongamos desarrollar a través de él (p.42).
Por lo tanto, al hablar de la danza como medio o actividad social, de igual manera nos referimos a una herramienta de cambio y transformación, donde las personas pueden hacer uso de ella para comunicarse, manifestarse, socializar y conseguir la atención de los y las demás para generar variaciones en las diversas épocas que se presente y se practique. Como nos demuestra Agurto y Lepe (2004):
La primera actuación del Ballet Popular se realizó dentro de la campaña del Frente Popular para las elecciones de 1970 donde el candidato era Salvador Allende, lo que fue especialmente simbólico porque no sólo se trataba de una actuación más, sino de poner en práctica lo que tanto se anhelaba: contactar a la gente con la danza. El Ballet Popular se puso al servicio de la campaña electoral, lo que significó hacer centenares de actuaciones en Santiago y en zonas rurales, bajo todo tipo de condiciones y circunstancias. La coreografía “VENCEREMOS”, de Joan Turner basada en una pieza instrumental de Victor Jara se convirtió en un distintivo del Ballet durante la campaña.
Es por ello que la danza contemporánea se comienza a relacionar bastante con lo que ocurre socialmente hoy en día e históricamente con el pasado... como lo fue con el golpe de estado en 1973; donde la danza a pesar de su censura se logra consolidar y ser un medio de expresión importante, comenzando un nuevo camino para las y los bailarines, ya que nace en un contexto histórico.
Por último, sus exponentes en la actualidad son diversos, pero entre los y las que más destacan por su enseñanza, interpretación y montajes coreográficos podemos nombrar a Viviana Romo, Sonia Araus, Eric Alcota, Patricio Busner, Malucha Solari, entre otros.
Referencias Bibliográficas:
Agurto, A. y Lepe, Y. (2004). Antecedentes de la danza independiente en Chile. Tesis de Seminario para Optar al Título de profesor especializado en Danza. Universidad de Chile.
Argañaz, A. y Guadalupe, M. (2019). Musicas populares y tradiciones latinoamericanas. Canciones, danzas e intrumentos. Recuperado de: https://dantz-ango.blogspot.com/2015/03/latinoamerica-y-sus-danzas.html
Cesio, V. (2017). Danza Latinoamericana. Recuperado en: http://latinoamericana.wiki.br/es/entradas/d/danza
Martínes, J. (2018). Historia de la danza latinoamericana. En Revista digital: Fotolia.com
Paolillo, C. (2005). Danza latinoamericana movimentos con identidad. (Versión electrónica) Artes la revista. Número 9, (5).
Viciana, V. y Arteaga, M. (1997). Las actividades coreográficas en la escuela. Inde. Barcelona.